Nací en aquellos años de posguerra.
Cuando era
el hambre y la miseria el pan de cada día.
Y mi madre echaba en la sartén
todos los restos que había en la cocina.
Eran años de ropas heredadas, pantalones
con culera y zapatos
del hermano mayor. De sardinas arenques,
de espadas de madera, y de la leche en polvo
de la ayuda del pueblo americano.
Eran años de frío y de tormentas,
de los primeros viernes,
de la escuela en la plaza y de su olor a tiza,
y, por la noche, la radio en la pared
con Matilde, Perico y Periquín.
Nací en aquellos años sin mañana,
con el olor a estraza
en los comercios y el Cara al Sol cantado
en las escuelas y la tabla del nueve
y España Una y Grande y nada Libre.
Fueron años de merienda de pan
con el chorrito
de aceite con azúcar o con vino.
Y mi padre cansado. Y el fiado en la tienda.
Y la Guardia Civil abriendo procesiones.
Y, sin embargo, ahora, cuando miro
a mis hijos y a sus hijos
recuerdo mi niñez y pienso siempre
que fui feliz. Como sólo los niños
saben serlo en los tiempos más difíciles.
Rodolfo Serrano
Visto, por supuesto, en el blog de Rodolfo Serrano
La niña que lloraba en las películas de Charlot
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*Captura de YouTube*
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