Micaela y Miguel formaban una pareja singular. Toda su vida esperaron un hijo que nunca llegó. En cambio, ellos actuaban, incluso ya mayores, como si todo estuviera por suceder y calculaban los peligros que tendrían que evitar, dentro de la casa, para que la criatura sufriera daño alguno. Su persistencia les salvó de la desesperación; su hilaridad, ante los ojos del mundo, les granjeó el cariño de todos cuantos les conocían. Fenece quien amortaja su onirismo.
Visto (para mí justo en el momento adecuado, y en varios sentidos) en El día que estés muerto sabrás cuanto te quieren, otro blog que agrego a mi lector de feeds.
Demagogia "a puntapala"
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*Estamos metiendo 1.000 millones de euros más de todos los ciudadanos para
financiar el seguro privado de un millón y medio.*
*Óscar López, Ministro d...
Hace 1 semana
7 comentarios:
Pero....
¡Que difícil contar
los sueños fugitivos
con palabras despiertas!
Gerardo Diego
Nat, gracias por las citas en tu blog.
Un saludo cordial.
fmop: Me encantan los textos breves, e incluso los hiperbreves.
Gracias por pasar!
Senior: quien tiene amigos sabe leer sus sueños fugitivos. Creo yo.
Me gusta el "lavado de cara" del blog y me gusta la entradilla...
O lema, o como le podamos llamar.
Entrada, lema...y homenaje.
Porque ya no quería verlo allí abajo de todo del blogroll, porque me siento honrada de que haya escrito esas palabras para mí y porque fue tan certero (como siempre) en entender mis complejos de culpa...
Aunque no tengamos un tiempo eterno, es bueno saber que un amigo nos otorga ese plazo, nos espera, a veces en impaciente silencio...
Es una confortante sensación la que me transmite ese haiku. Y a la vez es una pequeña manera de tener presente al Profe.
Gracias a Senior he podido ver este bello homenaje a Carlos.
Muchas gracias, Nat.
Gracias a tí, Yedra, por pasar un ratito por aquí.
Un abrazo grande.
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